Intemperie

Revista Creación – Nº Extraordinario

Autor
Vicente Huidobro †
Año:
abril, 2003

Eu estou com aerofagia porque bebi champanhe…
Hilda Hilst, FLUXO-FLOEMA

[…] aunque podemos vivir bien seguros en estas partes de franceses, porque miéntras mas vinieren mas se perderán.
Pedro de Valdivia, carta a Carlos V, La Serena, a 4 de setiembre de 1545.

Poeta, un pequeño adiós.
Vicente Huidobro, casi.

SOBRE LA ACRIATURA

dicen que dijo un crítico
que tengo dos vícios poéticos:
la repetición y la repetición.

(G. Mattoso)

CREACIÓN (luego, dos veces, CRÉATION), entre Madrid (abril, 1921) y París (noviembre, 1921; febrero, 1924), entre el naufragio agonal de Nord-Sud y el El Ombligo sin tapujos, caballito de Troya del ‘creacionismo’ (y, a su modo, de todos los ismos de la hora) (hora “manifiesta” de la tradición de las vanguardias, entreguerras): ¿un número “extraordinario” — a 110 años del nacimiento del poeta creaturero y a otros tantos del fulgor y eclipse de la revista? Extra, ni nº 4 ni edición facsimilar, CREACIÓN, en translucinación, “crea” su origen, tri-origen, tal coyunto futuro anterior; sistencia (inscripción) inidéntica — descoyunta y des-cifra la serie entrevista, teleserie “moderna” (pre, post, etc.). El “pequeño dios” y Poe inclusos.

Todos los textos publicados en este innumérico número son inéditos© y fueron especialmente enviados para esta ocasión, salvo, tal vez, Marca registrada, de Vicente Huidobro (facsímil digital del manuscrito in www.memoriachilena.cl), y un par más expresamente contraindicado (pp. 71-72).

INTEMPERIE agradece a todos quienes enviaron sus poemas, ensayos, “cuentos”, traducciones, ‘poemas visuales’, divagaciones varias e “inclasificables” para esta edición extraordinaria. Agradecimientos también: al Servicio Cultural de la Embajada de Canadá en Santiago y a la asociación aymara YUSPAJARA.

DA ACRIATURA

Hemos recibido la siguiente nota de Adalberto Arrrunátegui, fechada en Santiago el 7/04/03, que nos apresuramos, de cierto, a publicar.

Roxana Cerda, editora.

Estimada Roxana,
siempre he pensado que en las erratas — error, gazapo, yerro, errancia — se juega lo más jugoso de una obra (no hay “obra” sin “publicación”, esto es, sin inscripción en sentido general, sea oral, ‘escrita’, plástica, etc.). Pues la errata escapa meridianamente al cálculo inherente a toda operación de escritura (no sólo ella, también, en sentido lato, la lectura, aunque ella, la errata, lo hace de la manera más cruda). Por eso me alegré al advertir que el número extraordinario de CREACIÓN incorporaba de entrada un panfleto bicolor y trilingüe dando cuenta de ellas (de veras, cuatrilingüe, si consideramos el absurdo gazapo griego); de “Lautréámont” a “Sergio” (Sérgio) Monteiro de Almeida, quince erratas en una revista de 120 páginas, no está mal, me dije — acaso la lista fuera incluso una pequeña historia secreta a modo de aleph de la obra. Craso error. Crasa errata. La errata que se presenta como errata sólo viene a encubrir la restante (y ahora genuina) errata. ¿Qué queda pues de ‘auténtica’ errata tras esa sobrepuja de cálculo que es la consumada fe de errata? En CREACIÓN, por de pronto: “CREAÇÃO” (CRIAÇÃO), a todas luces (cognancia de portada), tal carta robada. Económicamente: toda la próxima lejanía entre el castellano migrante y el portubrasilero en escritura. Otra, y de mi más disoluta responsabilidad, “García Lorca” (en las secciones Tentempie y Vinos, ‘dos poemas de Glauco Mattoso’). Devo á preclara cegueira do Glauco, quem fez-me lembrete sobre seu heterônimo, a claridade desta errata: “Garcia LOCA (e não [García] Lorca), já que o andrógino Garcia é ‘una persona mucho LOCA’”… ¡Manden más erratas!

Afectuosamente,
Adalberto Arrrunátegui

MI-CHAUX

De Carlos Barbarito, lo que sigue, datado en Buenos Aires, el 11 de abril del 2003. R. C.

Estimada Roxana, en Chile: Acabo de leer la revista “Creación” donde tuvieron la gentileza de incluir un pequeño texto mío sobre Michaux en la Revista Sur y en nuestro sur. Noto que el título tiene un error, en vez de Henri Michaux se lee Henry Michaux, lo que, obviamente, llevó a cometer el mismo error en el índice de la publicación. Una lástima. Pero esto no es lo que me inquieta sino que el error lo cometí yo mismo, por alguna razón o sinrazón o misterio convertí sólo en el título, donde más se nota por el tamaño de las letras, al belga en inglés. Y en lugar de I. Cosa que, comparada con otras que ahora mismo suceden en el mundo, y otras bastante menores pero indicadoras de una situación: en mi país, Argentina, se robaron el testamento ológrafo de Discépolo, autor del celebérrimo tango “Cambalache”, y ayer nomás más de cien joyas bibliográficas de una biblioteca en Mendoza, y meses atrás, cambiaron piezas del Museo de Arte Oriental por otras dignas sólo de un comercio de bijouterie (nadie se dio cuenta al parecer), comparada con otras cosas, decía, resultan mínimas pero, qué le vamos a hacer, me ponen mal – no prestas atenciòn, Carlitos, diría alguna maestra de la primaria-. Perdón entonces al fantasma de Michaux, a los hacedores de Creación y a los lectores. No se repetirá. Creo.

Carlos Barbarito

 

[Acrea, pues, Carlos — con plena (ir)responsabilidad nuestra, también. R. C.]