Mar Paraguayo

Autor
Wilson Bueno, 2ed.
Año:
2001


La publicación de Mar Paraguayo nos arroja ante un acontecimiento. Los acontecimientos acostumbran a llegar en silencio, casi imperceptibles; sólo los más avisados los calan. Pero una vez que se instalan, que agarran hueco, es como si ese hueco les hubiese sido destinado desde siempre. Todo parece igual y, sin embargo, sutilmente, todo se habrá modificado. El acontecimiento provoca una alteración en los hábitos cotidianos y acaso, en nuestros ritmos cósmicos; una perturbación que tiene un no sé qué de irreversible, de definitivo.(Néstor Perlongher, prólogo, a partir de un texto en portugués; translucinación de A. A.)

Mar paraguayo
El ritmo híbrido del Paraná

por Rodrigo Hidalgo

Las convenciones naufragan en este inexistente piélago, caudal sin margen que fragoroso alimenta la fértil cuenca donde se mezclan las lenguas, las razas, las historias. Este libro del brasileño Wilson Bueno transita sin reglas entre el español, el portugués y el guaraní. Por la prosa, por el verso, por el mito.

Presentemos antes que nada a Wilson Bueno. Nació en 1949, en Jaguapitâ, a 50 kilómetros de Londrina, en el río Paraná. Zona húmeda, donde el campesinado pobre convive con los latifundios agrícolas que se extienden hacia el centro y norte. En sus libros, como en toda la narrativa y lírica brasileña, abunda la imaginería, el embrujo, la magia. En este sentido Jorge Amado resultó ser el exponente más universal de esta característica: al lector lego al menos no le resultará desconocida la imagen telenovelesca de los pantanales del sur carioca de Gabriela clavo y canela, y más a la costa doña Flor con sus dos maridos. Bien, pues Wilson Bueno actualiza esta rica tradición desde el rompimiento de los cánones establecidos: siguiendo a Hölderlin, todo es poesía. Dicho esto, a las pailas la ortografía, las barreras idiomáticas, los géneros. Que la cosa fluya. Y vaya cómo fluye.

Ya, pero ¿quién es este Wilson Bueno? O sea, ¿qué escribe? ¿Podemos rastrear sus influencias (si a estas alturas no se es imprudente con semejante término)? Sigamos suponiendo un lector poco informado. Nadie acá puede exigir cierta pericia en literatura brasilera. Lo claro es que ésta no se agota en Jorge Amado. Escritores como Bueno se conectan más bien con otros clásicos, verdaderas figuras históricas que se desconocen en estos lares. Digamos fundamentalmente Guimarâes Rossa (1908-1967) y Machado de Assís (1839-1908), para mantener el criterio de Wilson Bueno. Y dejemos constancia de su admiración por otra figura, esta vez contemporánea. Cómo no, Clarice Lispector. Evidentemente, este poeta que comenzara a publicar en los 80’s, también menciona a los infaltables: Joyce, Borges, Kafka, Hemingway, Gide, Shakespeare, Ovidio, Cortázar, Calvino. Pero dejemos de lado la formalidad y vamos al texto.

Mar paraguayo es una metáfora bastante clara. No existe. Asimismo, fácil es colegir que sus aguas debieran ser más bien turbias. Y cómo no. El lector que apenas se maneja con su pobre castellano de repente se enfrenta a un texto en portugués. Y oh sorpresa, resulta que lo comprende. No es difícil. Sigue leyendo entonces, gravemente sumido en la vorágine de estar entendiendo, hasta que se topa con el primer par de vocablos de la lengua guaraní. Le sobreviene el ánimo de la derrota. Y desde las páginas finales le tiran un elucidario con el que sale victorioso a flote. De pronto ya no le hace falta saltar las hojas para mirar los significados. Abruptamente llega al final. Se ha dejado llevar por el oleaje. Ha navegado incólume el mar paraguayo.

La hibridez de esta literatura nos conmueve por su potencia semántica. O más bien semiótica. No es de los significados de los que nos quedamos prendados. Es de los significantes de los que pendemos. Esta certeza enciende el embrujo, la magia que en distintas dosis y con distintos elementos, se constituye como el signo de la escritura de Wilson Bueno. Subversión del lenguaje, acontecimiento: ¿cómo es posible leer algo que “no” se ha escrito, que está “mal” escrito, o que sencillamente “no” se entiende? Más aún: ¿cómo es posible disfrutarlo? No, no, no, algo debe andar mal. Este señor Bueno es sospechoso.

Dato técnico meritorio: este ejemplar viene desde los incesantes talleres de RIL, bajo el sello editorial Intemperie (que tiene joyitas como Paul Celán traducido por Pablo Oyarzún, o Juan Luis Martínez compilado por Elvira Hernández y Soledad Fariña). Consignando que Mar paraguayo ya había sido publicado en 1992 por la editorial brasilera Iluminarias, no puede sino restarnos ejercer el agradecimiento correspondiente por poner al alcance del público chileno a este autor.

Finiquitemos. El poeta argentino Néstor Perlongher señala en el prólogo, que Bueno ha inventado este particular idioma, un portuñol motejado de guaraní, de un surrealismo lujurioso, creando una lengua profunda, mítica, de gran sonoridad, de gran ritmo, que hace posible la convivencia del habla cotidiana, la poesía erótica y psicoanalítica, el relato y el mito. De esta manera, hay en Mar paraguayo una línea argumental borrosa, que se sumerge y presenta variantes insospechadas, ora monólogo interior, ora conjuro callejero, ora confesión desesperada, ora legendario rezo. Es la marafona del balneario, la mujer libertina del pueblo, que sólo tiene a su pequeñísimo perro, toda vez que se le ha muerto el viejo, personaje libidinoso hecho de hueso y pellejo. ¿Y el niño? Ah no. No vamos a contarlo todo. Sólo, por ejemplo, reproduciremos el precioso texto inicial.


NOTICIA

Un aviso: el guarani es tan esencial en nesto relato quanto el vuelo del párraro, lo cisco en la ventana, los arrulhos del português ô los derramados nerudas en cascata num solo só suicidio de palabras anchas. Una el error dela outra. Queriendo-me tal vez acabe aspirando, en neste zoo de signos, a la urdidura esencial del afecto que se vá en la cola del escorpión. Isto: yo desearía alcançar todo que vibre e tine abaixo, mucho abaixo de la línea del silêncio. No hay idiomas aí. Solo la vertigen de la linguagem. Deja-me que exista. E por esto cantarê de oido por las playas de Guaratuba mi canción marafa, la defendida del viejo, arrastrando-se por la casa como uno ser pálido y sin estufas, sofriendo el viejo hecho asi un mal necessário – sin nunca matarlo no obstante los esfuerzos de alcançar vencer a noches y dias de pura sevicia en la obsesión macabra de eganar-lhe la carne pisada del pescoço. No, cream-me, hablo honesto y fundo: yo no matê a el viejo.

Wilson Bueno – “Mar Paraguayo” – Fragmento:


Cerrada la compra de panes, pañuelos, gases y injeciones, que me tomam ebaforidos instantes en la botica, uno que outro entardecer acá me siento, en nesto sofá diagonal a la ventana, e al sentar-me é casi como se toda me desabasse demoronada: unos retertores en la entraña: el sol crepúsculo entreteciendo-se de úmidos cambiantes: epácios de onde ya pueden mober-se las ocupaciones cerimoniales de la luz y de la luna: por entre la copa de los sombrêros ô entre los duros vacíos de la higuêra que me devastam de sombra y suspeición al entardecer del balneário: higuêra, côpa, sombrêros: la fala ancestral de padres y avuêlos que se van de infinito a la memoria, se entretienem todo habla y tricô: estas vozes guaranis solo se enterniecen se todavia tecen: ñandu: no hay mejor tela de que la telaraña de las urdidas hojas: higuêra: sombrêro: de sus urdidas olas: de pleno acordo, ñandu, de acordo y de entremeio por los arabescos que, sinfonia, se entrelezam, radrez de verde e ave y canto, en el andamento feliz de una libertad: ñanduti: ñandurenimbó:
: acá me siento: ñandu: para urdir en el crochê mis rendas ñanduti: ñandutimichi: mínima florinha que se persegue com la aguja ni que sea el tempo pacientíssimo de unas dos horas: en estos pontêros, relôgios-de-sal, que van manchando-se de los colores cambiantes del poente se poniendo en los otoños de agora: acá ñandu: su opacidad de sentimiento: me siento: sinto: ñandu: canceriana mi verbo es sentir: me ver: ñandu: o que se vá de secreta identidad entre estos dos cosas assolutamente distintas: arañas y escorpiones?
: si, los escorpiones del corazón: ñandu: acesos te pegan, te pegan de todo – el bote ñandu ocurriendo mortal: sobrevivimos entanto: mismo pescoço-avestruz, ñanduguasú: enfiado en la arena: ñandu: ñanduti: telaraña: el crochê de punto a punto se contorciendose: corola: ramificación de pêlo y línea: lento anunciandose la florinha más florita: más michí: ñandutimichî : casi invisible: milacro: simulacro: ñandu: espejo de Dios : ñandu: mil alguna vez solitária ñanduti: la aguja como un oscuro deseo de sangre y muerte: el viejo a cada segundo más viejo: el niño: como pueden ser tan verdes, hovi, moboihovi: los ojos del niño co su miríade de puntos verdes haciendo la pigmentación: hovi hovi hovi: mi desespero fue mayor que la noche ciciada del balneário de Guaratuba onde me oigo morir: la marafona: como una passagêra en este mar: la mar: paraná: panamá: ñanduti que se compone de una lançada caçando ya a otra laçada: el gesto siempre repetido de conducir la linha desde la línea de la meada que a nuestros pés se movimienta una insatisfación de fio a suelta: de hijo?:
: el viejo dentro en poco grunhirá: la mordida feroz de la naja no será tan medonha y oscura y casi mortal como estos pânicos del viejo: apusta contra la muerte ô incensa la sobrevida?: ñandu: ñandutimichî : laaaaçada trenzada: más rápida que uno solo bater del corazón: correr de dedos y laços y nós: nosotros: ñanduti: telaraña casi evaporable: ñandurenimbó: mismo que el fio fio y fio por estos entardecres modestos nunca que chegue al cerne profundo: ñanduti: tan leves su laço y nudo y todo y tudo: los grunhidos del viejo: para donde siguen después de emitidos los errores del viejo?: más leves que el ar y la montaña: ãnduti:
: mi desamparo seria menor acaso non houvesse a estas horas tan y tantas estos silêncios longos, diagonais del abismo:la octaêdra florita de consistência imortal: la persigo de paño y pañuelo: la consistência: el nudo vivo: microscôpica acentuación de que todo y qualquier puede embaralhar-se en una sola y mecânica agujada: fatal: la finco y finco: como quien espeta la justícia si tarda: un punto de finíssimo crochê: ñandu: ñandurenimbó: uno solo punto solitário e casi al lejo de la compreensión ocular ô humana: ñandu: puntos móveles: mijones mínimas a escapar del huevo por la línea fragíl de la telaraña: ñandurenimbó: evadindo-se mijones: hetaicoé: tendo de desarrojar-se todos hasta se cnsistan en arañas plenas: las patas: el cabeludo y h orrendo ser que lento vai sobre la mesa e puede que adentre a la manga de su camisa: ñandu-cavayú: ninguno capaz de deter-lhe el honorable veneno: ahora mijones evadindo-se del huevo para povoar después mañana el patio y la cocina: aún que haiga los muchos y los mijones sigo sozinha: y después arañas son arañas: ñandu: ñanduti:
: las sombras van sutis por el piso harto de luces: el mosaico de los ladrijos que al viejo, antes de tan viejo, lo hacia feliz: los pés descalços pissando, pissandome, pisando o que me custara varrer, passar los panos: antes los estilhaços de cristal, en çmi día más histerico, nunca tivessem sido removidos: cortariam-lhe el calcanhar de Aquiles y una sola vena que hemorrágica lo tornaria evaído: un ente assolutamente vacío de quién se há retirado de todo la essência: las sombras dibujan figuras de memória: egarçam-se asi hecho la telaraña: ñandu: ñanduti: telaraña ñanduti: otra laçada y todo se me va adentro lo que no se vê: esgarçadas luces ponientes: el sol del balneário: nuevo otoño de nuestras desditas: la oscura herança de Dios: el viejo: pesando fardo: tan leves: esgarçadas: ladrijo y sombra: mosaico rendêro: un mundo adelante de nuevo nudo: la lanzada: fisgada imprevista que se instala sin que prevíssemos: añaretã: el infierno: lo que deseo: no, Senhor: lo que deseo es simples: ñanduti: minúscula florinha a componer-se de nuestras nuevas ricas artesanías: ñanduti: ñandurenimbó:
: el viejo, toda tarde que passa, se va a morir: gases: injeciones: pastijas de colores diversos: el viejo se vá, más una vez, morir: de lo sofá diagonal al cielo de la ventana no me quiero salir: estoy sentada: los cabelos casi que ocultam el trabalho crochê: tiquitito arpón en el extremo aguja: nudo: trança: laçada: lanzada: nudo: trança: la tela cumprindo-se: inútil: un nada ainda: un nadie aún: sin forma que lhe faça sutiã ô canción: puede llorar, puede sofrir : mp, yo no la quiero verla a la sangre del viejo derramada: sutiã ô canción: el crochê apenas empeza: no lo sê como se va a morir: de que profundo o demolirá el momento terminal: ñandu: se de engasgo puesto que la tarde lhe confisque el aire: sea senão un suspiro: queda de pressión en el abismo: sangre de aorta interrumpida: la cicatriz de los dias: muero hemorrágico: septicemia: ô solo somente el passarito cansaço del corazón: no lo sê que se tece: entrenza: entrelaza: laçada y nudo: nuevos nudos: huevos: otras trenzas: tela de intriga: puede que sea mortalha: puede que sea calçón: ô vá: ñanduti: cobrir-me el sexo más íntimo: ninguno que pueda saber de pronto las fabricaciones secretas de la araña: ñandu: ñadurenimbó:
: hoy el niño me pôs a ouvir los rumores de la tempestade lunar: en el mormaço de la siesta, pressenti nítido y casi arfante que el chegaria: sombra y dibujo: ávida nádega: mamilos: duros muslos a cavalo: su contorno preciso: la paina castanha del pêlo: muerdo: remuerdo-me: ñandu: ñanduti: la aguja trabaja: crochê: caracol: curva: la línea: la linha: la araña: ñandu: todo el niño se acuerda em mi: y já me estremece un eriçar de piel y pêlo: soy yo el enigma y lo alforje esfinge: hay que devorarlo a el siempre imprevisto: dibujado en la tanga su sexo ostensivo: mas sobretodo los ojos verdes contra la cara de risa y sol: lo tôrax en los embates del viento e del lamiento: a bailar en la siesta: sueño: soy su araña: álgebra: pronta jibóia: toda me enlambe su língua destra: todo lo unto de cuspo y baba: humores: suores: los miasmas: sudor y colera: espasmos: la siesta me pone abrasado el útero profundo: el niño: súbita ñandu: puede que ponga su língua a lenta y me percorra: de los pies al cielo en luto donde vislumbro los rumores de la tempestade lunar: lábio premindo lábio: araña y grêlo: la dança de su boca: ñandu: el arpón de la aguja avança sobre la linha en trenzada línea: antes del nudo los caprichos de la meada: ñandurenimbó: fuerzo su cabeça contra mi boca: borro-lhe batón: el borrador: borrar la linha: la siesta: mi grito: nunca olvidar el gemido que tuvo el niño antes de que todo y tudo se transformasse: telaraña, neblina y nubes en los rumores de la tempestade lunar: de uno solo gemido mortal: mio y dele: la faca en fuego de su lanza: lanzada: punto: ñanduti: ñandu: la tela va aborrindo: las luces se pierden en el azul más nocturno: telaraña: ñandu: el niño mañana puede que retorne: puede que sea aún otra vez y nuevamente solo la projeción oblíqua de la marafona que apena: ñandu: espreito apenas: esto niño que marcha por las piedras de la calçada sin sequer saber que sobrexisto: acá en el entardecer: sueño de sueño hecho la rubra capitulación de uno ente que solo puede verlo: a el que imponente marcha: dirección del mar: su gusto de concha y sal: teço y teço y teço telaraña ñanduti: renda: rendados: rendêra imaginación fabril: higuêra h ora: iguana: ñandurenimbó: en la siesta: hoy en estos martes sufocados: miércoles medrados: après-midi: el fauno: tuvo a el niño a dentadas y mordeduras: yo lo tuvo em mi ventre entrañado: ñandu: telaraña: ñanduti: solo el no lo sabe: y sigue en el mar su gusto y sêmen: ni el sexo h á de tampar estos traçados: evaporable véu: ñanduti: transparência y luces: ñandu: ñandurenimbó: